En la tranquila comunidad de Las Palomas, municipio de Singuilucan, sucedió algo que ni Spielberg podría haber dirigido mejor.
Un taxi fue arrastrado por el agua hacia una zanja, creando un espectáculo digno de Hollywood. El conductor, quien estaba dentro del vehículo, relató que la fuerte lluvia registrada jaló su coche, llevándoselo cual cachorrito en una corriente.
Al lugar del insólito incidente llegaron rápidamente los héroes del día: paramédicos y personal de atención a emergencias. Tras valorar al taxista, determinaron que, afortunadamente, sus lesiones eran menores, aunque claramente su orgullo había sufrido un golpe considerable.
Sin embargo, no todo fue tan sencillo. El rescate del vehículo tomó varias horas, haciendo que los habitantes de Las Palomas tuvieran un tema de conversación para las próximas semanas.
Este episodio nos deja un par de lecciones. Primero, que la naturaleza puede ser tan impredecible como una película de ciencia ficción; y segundo, que siempre hay que estar preparado para lo inesperado, especialmente cuando se desatan las lluvias intensas.