Hidalgo tiene bellos rincones escondidos poco conocidos por los visitantes. Uno de ellos es el Peñón de Vasconcelos, en el municipio de Zacualtipán.
Esta formación rocosa se encuentra en una antigua cantera donde extraían bloques de piedra para construir la ciudad.
Se dice que las cuevas cercanas sirvieron de refugio y escondite para salteadores de caminos, forajidos y bandoleros durante los siglos XVIII y XIX.
Precisamente Zacualtipán significa: “lugar de escondites” o “lugar de montículos”, y al visitar este pueblo serrano encontramos este monolito peculiar.
Se le llamó “de Vasconcelos” desde 1923, año en que se llevó a cabo la primera misión cultural del país en este pueblo en honor a José Vasconcelos.
Actualmente, el Peñón de Vasconcelos es un mirador natural que se vuelve aún más especial con la neblina que es típica en esta zona hidalguense.