Hidalgo tiene lugares poco conocidos de una belleza natural sin igual. Tal es el caso de las cascadas del Infiernillo, en el municipio de Chapulhuacán.
Este paraíso escondido en una barranca es una maravilla entre la vegetación en el norte de la entidad. Ha mantenido su exótico encanto gracias a que es un espacio alejado y con cierta dificultad para llegar.
Se trata de unas cascadas y poza naturales de aguas color turquesa que crean un deleite visual y que invitan a la relajación.
Los habitantes de Chapulhuacán mencionan que este hermoso sitio está lleno de magia, pues llegan a observarse esferas de luz, se escuchan ruidos extraños de noche e incluso se dice que está habitado por duendes.
No es un lugar de fácil acceso al turista. Para llegar se requiere de una caminata extrema que incluyen 2 horas de bajada y 3 horas de subida por caminos no trazados, por lo cual es necesario ir en compañía de un guía local.
Si quieres visitarlo, te recomendamos contactar a la oficina de turismo de Chapulhuacán y, por supuesto, respetar profundamente la naturaleza. Mantengamos estos espacios con su belleza original.