La región Otomí-Tepehua en Hidalgo tiene una formación rocosa muy peculiar, conocida como El Cirio, que emerge a pie de carretera en Tenango de Doria.
Se trata de un monolito natural de más de 20 metros de altura que se encuentra en el parque del mismo nombre, en el camino que lleva a la localidad de San Nicolás, una zona considerada sagrada.
Su forma asemeja a una vela, de ahí su nombre. Se encuentra en una zona rocosa que fue erosionándose hasta darle esa figura caprichosa.
El Cirio permaneció escondido durante algún tiempo, pero la apertura de caminos en la región ha permitido que este rincón comience a ser visitado por turistas.
En esa bella región de Hidalgo se encuentra también el cerro del Brujo y las cuevas con pinturas rupestres cuyas figuras dieron origen a los bordados conocidos como Tenangos, de fama mundial.