Una fuerte controversia ha generado la muñeca Nxutsi, creada por la empresaria Alejandra Leal, acusada de haber incurrido en apropiación cultural indebida.
Se trata de una pieza que pretendía ser una representación de los pueblos hñahñus del Valle del Mezquital; sin embargo, la muñeca no corresponde a la fisonomía de las mujeres indígenas de la región, principalmente al ser presentada con un tono de piel extremadamente claro.
Eso sí, la Nxutsi contenía elementos representativos de los pueblos originarios del Mezquital, como los bordados y otros elementos de la iconografía regional. La muñeca ya era comercializada y el registro de marca estaba en trámite, situación por la que artesanos, indígenas y organizaciones denunciaron (con justa razón) que Leal incurrió en apropiación cultural.
Todo esto provocó que la Comisión Estatal para el Desarrollo Sostenible de los Pueblos Indígenas interviniera para resolver la controversia y se llevó a cabo una mesa de diálogo con presencia de representantes de varios grupos artesanales, así como de las Secretarías de Bienestar e Inclusión Social (Sebiso), Desarrollo Económico (Sedeco) y Turismo, los titulares del Instituto Hidalguense de la Competitividad Empresarial (IHCE), funcionarios, regidores y autoridades municipales.
En dicha reunión se informó que Alejandra Leal, la empresaria creadora de la muñeca, presentó un desistimiento ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), respecto a la solicitud de los registros de marca de los expedientes 2606028, con número de registro 2323416, y 2625295, con número de registro 2337358, los cuales contenían la iconografía conocida como ‘Flor y Canto’.
Por su parte, los artesanos y artesanas solicitaron a las dependencias que trabajen en la creación de una marca colectiva para artesanías del Valle del Mezquital y que se reconozca a todas las personas de la región que se dedican a su elaboración. También pidieron que los apoyos gubernamentales se entreguen directamente a las personas y no se beneficie solo a unos cuantos grupos.
En resumidas cuentas, la presión de las organizaciones indígenas concluyó en un triunfo para los pueblos originarios del Valle del Mezquital y su patrimonio cultural.