Un juez ordenó la suspensión definitiva de las corridas de toros en la Plaza México de la capital del país, un histórico golpe contra los espectáculos taurinos.
La resolución ha generado una serie de reacciones, muchas de ellas a favor de que se replique en otras entidades. La trascendencia de lo ocurrido en la Ciudad de México no es para menos, la Monumental Plaza México es la más grande del mundo, su cierre a eventos con toros es muy relevante.
Dicha suspensión fue solicitada por la organización Justicia Justa, que llevó hasta un tribunal la petición aludiendo que es constitucional la prohibición del maltrato animal en el país.
¿Hidalgo seguirá la tendencia?
Además de la Ciudad de México, hay otras entidades que en la actualidad tienen prohibidas las corridas de toros, hablamos de Sinaloa, Sonora, Guerrero, Coahuila y Quintana Roo.
En la mayoría de los casos, el bloqueo a la fiesta brava se encuentra en la agenda de gobiernos y congresos progresistas. En Hidalgo habrá cambio en la gubernatura este año, después de 93 años sin alternancia, y la nueva representación en el ejecutivo estatal tendría que respaldar a las organizaciones civiles que han buscado impulsar a nivel de legislación, o de tribunales, la defensoría de los derechos de los animales.
La misión no será sencilla, nuestra entidad aún tiene fuertes corrientes conservadoras que buscan mantener vigentes los espectáculos de tortura de toros y de gallos. Hace 10 años, el exgobernador Francisco Olvera Ruiz decretó la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado, una medida que buscó blindar la fiesta taurina en Hidalgo. Sin embargo, dicho nombramiento carece de representatividad ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), por lo que sería factible su revocación con una poca de voluntad política.